Detención preventiva
La fianza en efectivo y la prisión preventiva corren el riesgo de crear dos sistemas de justicia: uno para aquellos cuyas vidas se descarrilan por falta de capacidad para pagar la fianza en efectivo y otro para aquellos que pueden pagar la fianza y reanudar sus vidas en espera de juicio. La riqueza -o la falta de ella- no debe ser un criterio para determinar la prisión preventiva. Al mismo tiempo, la prisión preventiva puede ser un poderoso instrumento para proteger la seguridad pública.
En los casos que involucren delitos menores no violentos, mi oficina buscará una orden judicial que requiera que los acusados cumplan con las condiciones apropiadas al momento de la lectura de cargos. Esta práctica es consistente con nuestros Tribunales Federales y protege contra la discriminación contra los económicamente desfavorecidos.
Para aquellos casos en los que la seguridad personal y pública esté en peligro (aquellos que involucren delitos menores y graves violentos, tráfico de drogas y armas de fuego), mi oficina trabajará para sacar a los delincuentes violentos de nuestras comunidades mediante la prisión preventiva a través de las autoridades gubernamentales correspondientes.